el aula de interpretación del Monumento Natural de la Charca de Zeluán.
Situado en el espacio protegido e incluye una pequeña charca y una ensenada situada en la margen derecha de la Ría de Avilés, próximas a su desembocadura.
Pese a estar incluida en un estuario muy degradado ocupado por grandes industrias y junto a uno de los puertos de mayor importancia en el norte de España, tiene una vital importancia como punto de parada en el paso migratorio de miles de aves.
La ría de Avilés destaca, junto con las de Villaviciosa y del Eo, por ser uno de los tres enclaves de la costa asturiana de mayor interés como refugio de aves limícolas en sus rutas migratorias. Basta señalar que se estima el paso anual de entre veinte mil y treinta mil aves, habiéndose llegado a censar en los años más favorables del orden de cuarenta mil.
Durante el verano y el invierno la presencia se limita a menos de cien aves diarias, que se elevan hasta cuatrocientas en el paso postnupcial y hasta más de un millar en el paso de primavera. Durante la bajamar las aves se encuentran repartidas por toda la ensenada, pero a medida que sube la marea se concentran en la playa y en el Islote de la Llera, para finalmente ocupar en exclusiva este último lugar.
Los limícolas son el grupo más abundante en el paso: correlimos comunes, zarapitos reales, archibebes comunes o agujas colipintas pueden observarse junto a ocasionales rarezas desviadas de sus rutas migratorias habituales. También son frecuentes otras aves acuáticas como patos, garzas, cormoranes o somormujos.
Desde el punto de vista botánico,este momento tiene una importancia menor, aunque en él resisten los últimos retazos de lo que en un tiempo fue un impresionante estuario. Hoy en día tan solo quedan algunas matas de especies protegidas como la sosa de las salinas, la salobreña o la lechuguilla dulce.