Esta marquesina está situada en el polígono industrial de Maqua, en ella Mónica González Solar, ha querido homenajear a todos los emprendedores y autónomos de la parroquia, en este caso con el sector del transporte, en el que aparecen el padre y uno de los hijos que tomó su relevo.
Emprendedores y autónomos
En esa obra están representadas dos generaciones de emprendedores y autónomos locales que han creado y mantenido una importante actividad económica en el sector del transporte.
Pero esta marquesina va un poco más allá, y pretende extender el reconocimiento a TODOS los vecinos que de una manera u otra, en una actividad u otra, han desarrollado una labor de emprendimiento ayudando al crecimiento económico de la parroquia.
El Polígono industrial de Maqua
La parroquia de Laviana de Gozón, cuenta una amplia variedad de actividades productivas donde conviven desde la agricultura y la ganadería hasta la más importante industria de transformación.
El panorama industrial se ha acrecentado exponencial mente con la presencia en la parroquia de suelo industrial concentrado en el polígono de Maqua, que acoge a un importante número de empresas.
Texto: Manuel Hernández Barrios
En este panel Mónica González Solar representa el relevo generacional que asegura el futuro de las diferentes actividades productivas existentes en la parroquia de Laviana. La artista ha elegido la actividad industrial para retratar con gran realismo a un transportista, convertido más tarde en empresario local, acompañado de uno de sus hijos más emprendedores, y que con su esfuerzo y sudor contribuyó a la creación del polígono industrial de Maqua. La obra no está exenta de un cierto artificio por parte de la artista al representar a los personajes en el primer plano de la cabina tras una superficie traslúcida como es el parabrisas del camión.
El motivo del calendario del interior de la cabina tiene un contenido simbólico. En este brazo de mar, conocido como Las Aceñas, se alzaba en el siglo XVIII, en el lugar de La Pedrera, “una aceña de cuatro molares que los derrotó y arruinó la mar”. Será reconstruido más tarde, pues en 1908 “un murallón” protegía al molino. Este espacio de marismas o huelgas, formadas por los aportes sedimentarios del río Vioño y los procedentes de la mar, que será fuente de inspiración del poeta local José Ignacio Serrano en su poemario “Agua dulce, agua salada”, estaba ocupado por la espadaña, que los vecinos del entorno cortaban a focete para enristrar el maíz, y frecuentado por numerosas aves.
En 1882, Francisco Javier Maqua inicia los trámites para el saneamiento de las marismas, pero será en los años 60 del pasado siglo cuando se transformará por completo este espacio con los rellenos y canalización del río, y con la instalación de naves que, salvo algunas excepciones, albergarán una industria tradicional en un polígono con un claro emplazamiento marginal.
Fotos 360
El antes y el después de la restauración:
Situación:
Cómo llegar:
Ruta completa: