La parroquia de Laviana de Gozón se asienta sobre un territorio situado al este de la desembocadura de la ría de Avilés, teniendo como lugar más occidental la Punta Forcada; al norte está el mar Cantábrico, que baña la península de Nieva y la playa de Xagón; el punto más oriental de la parroquia se sitúa en Iboya, donde limita con Ambiedes; por el sur está Avilés con su puerto y la factoría de Alcoa. La superficie total se acerca a los 4,5 kilómetros cuadrados.
Comprende los lugares de El Arañón, San Juan, Nieva, Llodero, Zeluán, San Balandrán, El Poblado, Campo de la Iglesia, La Bargaña, Canal, Moniello, Campo el Ferrero e Iboya. Hay vestigios de que el hombre anduvo por este territorio desde el Paleolítico, con hallazgos líticos en la península de Nieva.
Del Neolítico se tienen los restos de un túmulo en Los Gallos y de la época castreña las ruinas, sin excavar, de un poblado en el Canto de la Figal. Seguramente el nombre de Laviana responde a una fundación romana del siglo I, una villa asentada en la loma de Laviana que debería su nombre a la familia Flavia que gobernó Roma en la segunda mitad del siglo primero. Tras las invasiones bárbaras del siglo V, este territorio fue frontera oriental del espacio ocupado por los suevos, de los que se encontró un triente de oro en la parroquia.
Con la Monarquía Asturiana se pone de relieve la situación estratégica de esta zona para Oviedo, con el puerto de Avilés y su fondeadero de San Juan de Nieva, donde Adolfo, el primer obispo ovetense, levanta una iglesia dedicada a San Juan Bautista con el propósito de enterrarse en ella. Adolfo falleció en el año 826.
La iglesia y su territorio serían donados en el siglo XI por el rey de León, Fernando I, al convento benedictino de San Vicente, que los tendría hasta las desamortizaciones de Mendizábal en el siglo XIX.
En Laviana hubo una capilla desde el siglo XII, antecedente del actual templo, con advocación a la mártir toledana Santa Leocadia. A finales del siglo XV, cuando los Reyes Católicos acaban la Reconquista con la toma de Granada, se construye un castillo en San Juan, donde ahora está el faro, para proteger con su artillería la entrada del puerto de Avilés.